domingo, 24 de marzo de 2013

Ravioli rellenos de requesón y espinacas

Ay, la pasta fresca casera... ¡qué buena está! Es un placer comerla, lo suficiente como para justificar el trabajillo que lleva. No nos vamos a engañar, aunque no es complicado, lleva tiempo prepararla. Sin embargo, dependiendo de tus gustos, puede ser agradable. A mi es lo que me pasa, que en una situación normal me relaja hacer pasta casera. Y digo lo de la situación porque ahora, con Nora en casa a sus tres meses, a veces se complica el dedicarle tanto tiempo a algo ;) De hecho, la idea inicial era documentar todo el proceso de elaboración de la pasta con unas fotitos cuidadas de los ingredientes frescos, los pasos seguidos, lo que vamos obteniendo, esas cosas tan guays que quedan tan bien en un blog... pero no pudo ser, jejeje.
Ravioli caseros de espinacas y requesón/ricotta

Muchas cosas que atender a la vez... unos panes levando esperando para entrar al horno, la pasta en sí, el relleno, la salsa pesto, una ensalada para acompañar, todo ello intercalado con un biberón por aquí, un chupete que se cae por allá, un rato de poner a Norita en el parque para que se entretenga, pero sin pasarse que luego se agobia con tanto juguete (aun es pequeñina para eso)... es complicado meter en medio de esa ecuación la cámara de fotos con el suficiente tiempo y cuidado para que las fotos merezcan la pena :) Pero bueno, hay fotos del palto servido, que aunque no hacen justicia a su sabor, alegran la entrada en el blog :)
La masa de pasta casera ya la hemos más veces, y lo hemos contado por ejemplo en ésta receta de agnolotti rellenos de queso y salmón ahumado. Mirad ahí como se hace la primera parte, y luego seguid aquí para el relleno.

  • Ingredientes (para el relleno)
    • 1/2 manojo de espinacas frescas. O de bolsa. Unos 150 gramos.
    • 1 o 2 dientes de ajo picados.
    • Unos 150-200 gramos de requesón, o mezcla de requesón y queso crema si el requesón no es muy cremoso. nosotros usamos uno de marca Cadí, elaborado en Lérida y resulta riquísimo.
    • Nuez moscada, pimienta y sal.
  • Preparación
Primero preparamos la masa de la pasta, como se ve en esta entrada del blog, y la dejamos reposar 30 minutos tapada con plástico pero fuera de la nevera.

En este rato preparamos el relleno. Lavamos bien las espinacas si no son de bolsa (en agua con una cucharada de bicarbonato es lo ideal) y cortamos los tallos.

Salteamos en una sartén grande el ajo picado, y cuando empiece a dorarse, añadimos las espinacas y removemos. Se irán reduciendo mucho.

Salpimentamos y añadimos la nuez moscada si nos gusta. Salteamos unos 5 minutos, y retiramos del fuego. Sacamos las espinacas cuidando de escurrirlas MUY BIEN, ya que no queremos exceso de agua en el relleno que nos estropeará los ravioli.

Mezclamos las espinacas con el queso. Idealmente lo batimos en un robot o con la batidora para que quede una pasta verdosa homogénea. Listo.

Estiramos las láminas de pasta como se cuenta en nuestra otra entrada. Dejamos secar brevemente unas mientras estiramos las otras. Lo mejor para hacer ravioli es estirar láminas estrechas, de unos 5 cm de ancho. Se puede usar un cuchillo para cortar rectángulos más o menos perfectos, estrechos y largos.

Una vez las tengamos, vamos colocando montoncitos de relleno pequeños, como la punta de una cuchara (una almendra, más o menos) centrados en las tiras de pasta sobre la encimera o mesa. Deben estar separados unos 2 cm entre sí.

Al acabar cada tira de pasta, pintamos los huecos entre montoncitos de relleno con huevo batido mezclado con agua, se puede usar un pincel o el dedo (yo dejo un poco del huevo de la masa para no tener que usar un huevo nuevo que sobraría).

Doblamos la tira de pasta sobre si misma, dejando el relleno en el doblez y juntando los extremos. Para cerrar cada ravioli debemos presionar con los dedos de ambas manos a la vez de forma que la masa quede muy ajustada al relleno y se peguen ambas caras entre si. Cuánto menos aire quede atrapado dentro, tanto mejor (para que no revienten en la cazuela). vamos haciendo esto con todos los montoncitos de todas las tiras de pasta y teniendo especial cuidado de que no se peguen a la encimera que al haber pintado con huevo algo se nos habrá salido y es mortal ;)

Una vez cerrados, cortamos con un cuchillo entre los ravioli para tener un rectangulito de masa con su montoncito de relleno atrapado en el centro. Dejamos reposar sobre un paño enharinado y sin que estén los ravioli amontonados, que los muy listos aprovechan para pegarse y jod**** la comida :)

En este momento hacemos la salsa. Si es pesto casero, perfecto, es casi instantáneo, sino es mejor haberla hecho con anterioridad.

Cuando ya está la salsa lista para ser engullida, NO ANTES, cocemos la pasta. La teoría dice 1 litro de agua y una cucharada de sal por 100 gramos de pasta. Eso implica una olla a presión para 4 personas... pero vamos, que con menos agua sale también :) Esta pasta recién hecha está muy húmeda y no tarda nada. Dos minutos y fuera.

Servir, echar salsa por encima en menos de 30 segundos ;) y ¡¡a comer!! ¡Una pasada!

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